Estudiantes de distintas escuelas primarias a lo largo de Australia, están creciendo con un futuro más saludable, ya que desde pequeños aprenden cómo producir y preparar alimentos naturales desde sus propios huertos con la ayuda de la Fundación Stephanie Alexander Kitchen Garden, que inspira la elección de alimentos más sanos.
La fundación Stephanie Alexander Kitchen Garden está cambiando la forma en que los niños de las escuelas primarias australianas experimentan los alimentos. En todo el país, las grandes ciudades y hasta las comunidades remotas, más de 57.000 niños de edades comprendidas entre ocho y once años, están construyendo huertas rebosantes de productos frescos cada temporada, que luego felizmente cosechan, cocinan y disfrutan junto a sus compañeros de colegio. La fundadora Stephanie Alexander e incontables investigadores, profesores y padres, creen que es nada menos que una revolución de los alimentos, que se cultiva por los propios niños desde la tierra hacia arriba.
Ange Barry, CEO de la Fundación Stephanie Alexander Kitchen Garden, dice que el éxito del programa proviene de la inmediatez de sus resultados. “Cuando la gente ve a los niños comer ensaladas o un plato de verduras frescas, que han cultivado y se han prepararon a sí mismos, quedan realmente fascinados”, dice ella. “Los niños están involucrados en todos los aspectos de la huerta, desde la siembra hasta la cosecha, su preparación y cuando la comparten. Están orgullosos de lo que han producido y las personas se sorprenden al verlos tragando verduras que no tocarían normalmente en la mesa familiar. Los niños adquieren esto desde el primer día. ”
La visión de la Fundación fue instaurada directamente por la cocinera, restauradora y creadora Stephanie Alexander, después de conocer el aumento creciente de las tasas de obesidad infantil. Durante su niñez disfrutó de un gran jardín vegetal que alimentaba a su familia mientras crecía en la Peninsula Mornington, en Victoria y cree en base a esta experiencia, que ayudar a los niños a aprender las habilidades necesarias para cultivar y cocinar alimentos frescos y saludables podría influir en sus elecciones de alimentos para su futuro. Y parece que tenía razón.
A partir de un programa piloto iniciado en el College Collingwood de la Universidad de Melbourne en 2001, en el que Alexander trabajaba para la creación de un método, a través de ensayo y error, que involucrara a los estudiantes jóvenes en el cuidado de huertos y con esto generar la posibilidad de elegir alimentos más positivos a futuro. Después de atraer la atención del ministro de Educación del Estado, el programa recibió financiamiento del Gobierno de Victoria para expandirse a otras 46 escuelas en cuatro años. Desde entonces, el programa ha ido viento en popa y atrajo nuevos fondos del Gobierno Federal, Queensland y Australia del Sur. La inyección de fondos federales en 2008 y 2012 ha dado lugar a una absorción verdaderamente nacional del programa y la Fundación ahora aspira a tener el programa en más de 650 escuelas australianas en 2015.
“Ciertamente hay una gran cantidad de trabajo que hacer para llegar a ese objetivo, pero es un momento muy emocionante para nosotros”, dice Barry. “La demanda es muy alta y ya hemos comenzado la programación de nuestras sesiones de formación en todo el país para los próximos años.” La Fundación trabaja junto a las escuelas participantes para proporcionar formación y una amplia base de apoyo, que Barry dice, está diseñado para conectar la escuela a la comunidad. “Cuando una escuela abarca el programa esto se vuelve viral”, explica. “Los padres hablan de ello, los maestros hablan del programa y esto permite que se extienda a través de la comunidad de una manera positiva y le da a la gente del entorno de la escuela la oportunidad de participar, ya sea ayudando a construir o mantener el jardín o el voluntariado en la cocina.”
“Los maestros están tan ocupados que respetamos lo precioso que su tiempo es,” Barry continúa. “Nuestros recursos están diseñados para facilitar el intercambio de conocimientos – tenemos cerca de 500 recursos en línea y una línea de ayuda dedicada en la que los profesores pueden pedir consejos sobre cómo construir un programa creativo y asequible. Nos fijamos en cómo podemos ayudar a hacer la mayor parte del programa a fin de incluir las oportunidades de aprendizaje en el jardín, no sólo el salón de clases. Por ejemplo, todas las recetas incluyen medidas y fracciones por lo que hay oportunidades para enseñar matemáticas en la cocina. Creemos que el programa debe trabajar con el plan de estudios vigente, no distraiga a los estudiantes de él y creo que esto nos ha ayudado con la sostenibilidad del programa. Es un triunfo para todos, ya que ambas partes quedan satisfechas.
La evaluación de los logros del programa hasta la fecha ha demostrado resultados impresionantes y también sorprendentes. Proporcionando oportunidades de “aprendizaje práctico”, el Programa de Kitchen Garden, no sólo influye positivamente en la elección de alimentos, sino que también está cambiando los comportamientos sociales a través del aprendizaje experiencial. “Escuchamos a los maestros todo el tiempo diciendo cómo los niños con problemas de conducta están prosperando bajo este programa, y que el cambio de comportamiento es inmediato, porque los niños se sienten inspirados a aprender”, dice Barry. “Somos conscientes de que no todos los niños se desarrollan en un escritorio en el aula.”
Lynn Wilson, Coordinador del Programa de la Escuela Primaria Beach O’Sullivan está de acuerdo. “Permite a los estudiantes que tienen dificultades en aritmética y alfabetización a brillar de una manera que no se puede en un aula convencional. También practican pequeñas habilidades de grupo – el intercambio de herramientas, la seguridad de los demás y de sí mismos, la resolución de conflictos, la resistencia y el aumento en el orgullo y la propiedad de la escuela y su entorno “.
El programa ha generado muchos otros resultados a los que Barry llama “beneficios periféricos sorprendentes”, que incluyen incluso a los directores de escuelas, que informaron un aumento en la matrícula gracias a que padres locales escuchan sobre el programa y se apresuran a inscribir a sus hijos. El padre de uno de esos estudiantes estaba en éxtasis con el resultado, diciéndole al personal de Kitchen Garden que “antes, mi hijo lo único que comía era hot dogs y helado. No sé cómo lo han hecho pero él está comiendo y probando más y más alimentos todo el tiempo. Incluso quería empezar un pequeño huerto en el jardín por lo que lo hemos hecho en casa! ”
El éxito continuo del Programa Kitchen Garden ha ganado un gran interés internacional. “Hemos sido abordados por al menos 10 países que quieren replicar el programa”, dice Barry. “Jamie Oliver ha visto nuestro programa en acción dos veces y ahora ha puesto en marcha una iniciativa similar en dos escuelas del Reino Unido.”
Los niños mismos no tienen duda alguna sobre el valor de su experiencia con Kitchen Garden. Un estudiante de la Escuela Estatal de Kin Kin explicó el éxito del programa así: “Nos encanta comer comida del casino, porque lo hicimos nosotros mismos y sabemos que es bueno, porque lo hemos hecho nosotros mismos.
Para más información del programa pueden ingresar a https://www.kitchengardenfoundation.org.au y ver los diferentes documentos que apoyan la aplicación de los programas en los colegios. Este artículo fue publicado en la aplicación de Australia Unlimited con motivo del día nacional de Australia y puede ser descargada gratuitamente desde la Play Store o desde el link www.australiaunlimited.com